El
Danegeld (o "Impuesto danés", literalmente Oro Danés) fue un impuesto
aplicado en las tierras ocupadas para el pago de tributo a los expedicionarios
vikingos para evitar que procediesen con
sus tacticas de terror y asolamiento y sobre todo para impedir el saqueo y
piratería en tierras de influencia nordica. Se le denominaba comúnmente el geld
o gafol (oropel o pago) en fuentes del siglo XI, Gafol, gyld y en una ocasión
también como heregild (tributo por
ocupacion) aparece en la crónica anglosajona aunque el término Danegeld no
apareció hasta principios del siglo XII. Era un impuesto característico en
Inglaterra y la Francia
merovingia durante los siglos IX y XI, siendo ambos tributarios para evitar a
los atacantes y como pago para cubrir gastos de fuerzas defensivas en general
tropas mercenarias que exigian estos pagos para defender las tierras ocupadas
de los invasores..
Las
expediciones vikingas a Inglaterra eran habitualmente lideradas por los propios
reyes daneses o algun prominente jarl; eran hordas compuestas por guerreros de
toda Escandinavia, y eventualmente solían regresar a casa con más de cien
toneladas de plata. Con este capital, un jarl podia facilmente reunir tropas y
coronarse konungr.
La
piedra rúnica U 344 de Orkesta, Uppland, Suecia, levantada en memoria del
vikingo Ulf de Borresta, cita que había recibido tres danegelds en Inglaterra.
El primero con el caudillo Skagul Toste, el segundo con el mercenario vikingo
Thorkell el Alto y el tercero con Canuto el Grande.
Un
pago inglés de 10.000
libras romanas de plata, fue el primer pago documentado
en el año 991 tras el triunfo vikingo en la batalla de Maldon en Essex, cuando
el rey, Etelredo II el Indeciso fue requerido por el arzobispo Sigerico el
Serio y los concejales de las provincias del suroeste y conminado a pagar a los vikingos y frenar las continuas
trifulcas armadas ya que estos no tenian intencion de marcharse y las sangrias
y ataques eran continuos. Un manuscrito de la crónica anglosajona cita a Olav
Tryggvason encabezando a las fuerzas vikingas.
Hacia
994 los daneses, bajo el mando de Svend
I de Dinamarca y Olaf I de Noruega, regresaron a tierras inglesas y asediaron
Londres y fueron compensados de nuevo por respetar la ciudad y marcharse sin
destruirla reduciendola a cenizas; la cantidad de plata pagada que no ha constado pero se dice que lleno la
panza de tres knorr impresionó tanto a sus hombres que comenzó a cuajar la idea de que era mucho más provechoso arrancarles
pagos a los nobles de las tierras ocupadas
que los beneficios que podrían conseguir actuando por su cuenta con los
habituales pillajes.
Siguieron
los pagos en el año 1002, y especialmente significativo fue el año 1007 cuando Alphege de Canterbury
compró dos años de paz a los daneses por 36.000 libras troy
(unos 13.400
kilogramos ) de plata. En 1012, tras la captura de nuevo
y asesinato de Alphege y el saqueo de Canterbury, los daneses recibieron otros 48.000 libras troy
(aproximadamente 17.900
kilogramos ) de plata. Practicamente desangraron las
arcas de toda la nobleza de la zona, incapaz de hecharles por la fuerza de sus
tierras.
En
1016 Canuto el Grande, hijo de Svend I de Dinamarca, se convirtió en el rey de Inglaterra. Después de dos años se
sintió suficientemente seguro del control de su nuevo reino al extermo de
cubrir todos los pagos pendientes a excepción de 40 naves de su flota de la
invasión, que retuvo como guardia personal, con un enorme danegeld de 72.000 libras troy
(unos 26.900
kilogramos ) de plata recogidos en todo el país, a lo que
hay que sumar otra cifra más de 10.500 libras (3.900 kilogramos )
de plata recaudados solo en Londres.
La
piedra rúnica U 194, que se haya en una
arboleda cerca de Väsby, Uppland, Suecia,
fue erigida por un vikingo en conmemoración de su danegeld recaudado en
Inglaterra.
Este
tipo de extorsión contributiva no era única de Inglaterra: Según Snorri
Sturluson y Rimberto de Bremen, Finlandia y los estados Bálticos, pagaban el
mismo tipo de tributo a los suecos. De hecho, en la crónica de Néstor citan a
regiones del Jaganato de Rus que pagaban por su protección, un hábito que se
extendía al este hasta Moscú, hasta que los finlandeses y las tribus eslavas
bajo el mando del caudillo Vadim el Valiente se rebelaron y desviaron la
atención de los varegos hacia otras tierras menos levantiscas. De igual forma
el pueblo lapón era frecuentemente extorsionado a pagar tributos en pieles y igualmente sucedio en la Península Ibérica
donde los reinos cristianos contemporáneos eran receptores de tributaciones en
oro procedente de los reinos de Taifas. En Especial el norte peninsular tuvo
que hacer frente a mas de un pago por no ver arder ciudades cono Compostela.
Se
estima que el total de dinero pagado por los anglosajones se acercó a los
sesenta millones de peniques. Se han encontrado más monedas en peniques de
aquel periodo en Suecia que en Inglaterra. En la granja donde se encuentra la
piedra rúnica vikinga Sö 260 se cita un
viaje al oeste y en sus cercanías se encontraron enterradas reservas de varios cientos de monedas
inglesas.
En
el sur de Inglaterra el danegeld se basaba y era proporcional al valor o renta
anual de un área agrícola suficientemente rentable como para sustentar a una
familia, denominado hide, a excepción de Kent (el antiguo reino de Kent mantuvo
durante mucho tiempo muchas tradiciones endémicas) donde la únidad de cálculo
era el sulung de cuatro yugos, la cantidad de tierra que podía ser arada en una
temporada de cosechas por un equipo de bueyes. En el norte la unidad típica era
el carucate, o ploughland, equivalente al sulung de Kent y en East Anglia se
tasaba por el sistema del hundred. En
todas partes los impuestos se basaban en unidades impositivas relacionadas con
la granjas y era recaudado por el
sheriff del condado. Los registros sobre los archivos de tasación e ingresos
preceden a la conquista Normanda, indicando un sistema que James Campbell
describe como "viejo, pero no incambiable". Según David Bates, era un
impuesto nacional de un tipo desconocido en el resto de Europa occidental, y
J.A. Green afirma que el sistema impositivo medieval que ayudó a promocionar el
danegeld fue el primero en aparecer tras el colapso del Imperio Romano en
Occidente.
Fue
usado por Guillermo el Conquistador como método principal para costear sus
guerras continentales, así como para sustentar los apetitos reales y sufragar
los costes de las conquistas, más que para frenar a la amenaza vikinga.
Guillermo y sus sucesores impusieron el geld frecuentemente comparado con los
reyes anglosajones; el geld de los seis chelines de 1084 es famoso, y el geld
de Ely en 1096, por ejemplo, doblaba el cambio ordinario.
Judith
Green afirma que desde 1110, la guerra y el desastre de White Ship desembocó en
posteriores incrementos adicionales de impuestos.Sobre el año 1130 Enrique I de Inglaterra impuso el
danegeld anual, y dos chelines sobre el hide. El mismo año, según la crónica de
Juan de Worcester el rey prometió suspender el danegeld durante siete años, una
promesa renovada por su sucesor Esteban de Inglaterra en su coronación pero que
incumplió más tarde. Enrique II de Inglaterra resucitó el danegeld en
1155/1156, pero en 1161/1162 aparece la
última fecha documentada en un pergamino donde se comenta el impuesto, a partir
de entonces cayó en desuso.
El
importe de cambio medio del danegeld estaba en unas £2400 libras en 1129-30,
que suponía el 10% del total (sobre £23,000 libras) que supuso la recaudacion aquel año. Hay mucho para
criticar en la recaudación del danegeld antes de principios del siglo XII:
Estaba basado en antiguas evaluaciones basadas en la productividad de la
tierra, y había numerosas reducciones, privilegios o exenciones, concedidas
como señales de favor de la
Corona , ajustadas a circunstancias cambiantes, en este
sentido el danegeld era más un instrumento flexible de uso político que otra
cosa.
No
hay certeza que el danegeld fuera un impuesto nacional recaudado por el Ducado
de Bretaña. Si se constata que hubo
pagos en más de una ocasión, y en esos pagos había dinero al margen de otros
bienes, pero no existen fuentes que impliquen la carga impositiva al pueblo por
vía tributaria, aunque sea posible que ciertas cantidades pudieran recaudarse
de esta forma. Es más presumible que los danegelds locales se recaudasen en
tiempos de emergencia.
En
el año 847 el líder bretón Nominoe fue derrotado tres veces por algunos
vikingos daneses antes de entrar en negociaciones y agasajarles con regalos
para que abandonasen sus tierras, como se recoge en el contemporáneo Annales
Bertiniani:
Dani
partem inferioris Galliae quam Brittones incolunt adeuntes, ter cum eisdem
bellantes, superant; Nomenogiusque victus cum suis fugit, dein [per] legatos
muneribus a suis eos sedibus amovit.
Un
pequeño grupo de daneses abandonaron Galia con la intención de asentarse entre
los bretones. Tres veces entraron en batalla, y vencieron. El vencido Nominoe
pudo escapar, cuando finalmente sus mensajeros llevaron regalos para retirar a
los daneses de sus asentamientos.
La
posibilidad de que los daneses fueran comprados con métodos que no fuesen otros
que obtener dinero se sustenta historicamente
con un incidente acaecido en el año 869, recogido en los mismos Annales
Bertiniani y por el cronista Regino de Prüm. Ese mismo año Salomón I de
Bretaña, puso fin a algunas incursiones paganas con el pago de 500 cabezas de
ganado.
El
ejemplo más típico de dangeld local se refleja en dos eventos concretos en el
condado de Vannes. Según el cartulario de la Abadía de Redon, el obispo Courantgenus fue
liberado de la cautividad vikinga en el 85415 y muy probablemente el importe
del rescate fue recaudado a nivel local. En el 855 los monjes de Redon tuvieron
que rescatar al conde Pascweten de Vannes, de su cautividad a cambio de un
cáliz y una patena, que pesaban juntos setenta y siete sólidos en oro. Un
tiempo más tarde el mismo Pascweten intentó recuperar las piezas sagradas a los
paganos, y les propuso comprar las
piezas y el pago también debió seguir el patrón del danegeld. Según Regino de
Prüm, Pascweten en 873 pagó un dangeled por una cantidad sin revelar para obtener
mercenarios vikingos y acosar a su rival por el trono ducal de Bretaña,
Vurfand, Conde de Rennes.
El
danegeld más importante de la época en Francia Oriental estuvo en manos de
Carlos el Gordo para finalizar con el Sitio de Asselt y facilitar la conversión
al Cristianismo del caudillo vikingo Godofredo de Frisia y concederle el Ducado
de Frisia en el año 882. Los danegelds se recaudaban en el reino oriental como
necesidad, como en el caso del rescate del Conde Eberhard, a un "alto
precio" en el 880, según Regino de Prüm.
El
primer danegeld conocido en Frisia se recaudó en el año 810.Una flota danesa de
unas 200 naves llegaron a la costa de Frisia, arrasando primero las islas
costeras y luego tierra continental antes de derrotar a los frisones en tres batallas.
Los victoriosos vikingos demandaron un alto tributo a los conquistados. Poco
tiempo después se envió un informe a Carlomagno, en aquel tiempo en Aquisgrán
considerando una campaña contra el rey danés Godofredo I de Dinamarca,
asegurando que los frisones ya habían recaudado un tributo y pagado la suma de
cien libras de plata. Estos hechos se encuentran registrados en los Annales
regni Francorum y en la
Vita Karoli Magni, ambos obra del historiador del emperador
Eginhardo, y aparte Reichsannalen también llamados Annales Mettenses priores y
los Annales Maximiniani, así como en el trabajo del llamado Poeta Saxo. La suma
total se desconoce, pero indudablemente fue en forma de tributo, ya que
Eginhardo en su Vita cita claramente:
Danosque
victores tributum victis inposuisse, et vectigalis nomine centum libras argenti
a Frisionibus iam esse solutas.
Y
los victoriosos daneses impusieron un tributo a los vencidos, en forma de
impuesto por cien libras de plata de los frisones que ya se han entregado.
No
hay más constancia de danegeld alguno en Frisia hasta finales del reinado de
Ludovico Pío. En el 836 hombres del norte habían quemado Amberes y el mercado
central de Wintla, aceptando abandonar la plaza bajo pago de un tributo,
importe que los Anales de Fulda no especifica.
En
el 837, bien porque los frisones no estaban preparados o no comulgaban con sus
señores francos, algunos vikingos pudieron llegar a Walcheren, capturando a
bastantes condes y otros líderes locales, matando algunos y manteniendo a otros
para solicitar rescate.Entonces crearon "un censo" dondequiera que
ellos iban, canalizando una infinita cantidad de dinero "de diversa
clase" hacia sus cofres llegando hasta Dorestad donde extorsionaron a la
población de la región con tributos antes de partir. Este evento está recogido
en los Annales Fuldenses, Annales Bertiniani, Annales Xantenses, y la Vita Hludowici
imperatoris de Thegan de Trier. En 846, durante el reinado de Lotario I, los
vikingos obligaron a los frisones a ejecutar un censo para recibir tributo. Los
anales Bertiniani y Xantenses registran como Lotario, aunque consciente del
ultraje, fue incapaz de frenarlos, y los vikingos dejaron Frisia cargados de
botín y esclavos.
El
último danegeld recaudado por los frisones se pagó en el año 852 cuando 252
naves vikingas anclaron frente a las costas frisonas y exigieron un tributo (no
se sabe de que tipo), pero que se consiguió satisfacer. Satisfecha la demanda,
los vikingos abandonaron el territorio sin devastarlo, como se plasma en los
Annales Bertiniani y la
Miracula sancti Bavonis, una biografía de Bavón de Gante. Que
todas las exigencias de los reyes vikingos se hicieron efectivas como tributo
se hace evidente en el registro de los hechos del 873 cuando según los anales
Fuldenses, Bertiniani, y Xantenses, el caudillo vikingo Rodulf Haraldsson envió
mensajeros a Eastergoa demandando tributo. Los frisones respondieron que solo
debían impuesto a su rey Luis el Germánico, y a sus hijos Carlomán de Baviera,
Luis el Joven y Carlos el Gordo, derivando en una batalla donde Rodulf murió y
sus tropas fueron abatidas o dispersas . Más tarde, según fuentes del siglo X y
la obra del historiador normando Dudo de Saint-Quentin, De moribus et actis
primorum Normanniae ducum, el vikingo Rollo forzó a Frisia a pagar tributo,
pero algunos dicen que esto no es
probable ya que todos los danegelds frisones fueron iniciativas de naturaleza
local, recaudado por líderes locales y el pueblo, sin ayuda o aprobación real.
En
Lotaringia solo se tiene constancia de una única recaudación como danegeld. En
el año 864 Lotario II fue requerido a pagar cuatro denarios por cada manso
feudal existente en el reino, así como un gran número de ganado, harina, vino y
cerveza. El importe no se registró, y tampoco si se pagó como tributo, solo que
se pagó al grupo de vikingos de Rodulf Haraldsson. Se ha sugerido que Lotairo
imitó el ejemplo de Carlos el Calvo en el 860, cuando él y los vikingos de
Wendland atacaron a otro grupo asentado en la isla de Oscellus en el Sena, por
lo que no se conoce cual fue realmente el motivo del pago o su resultado ya que
no existe mención sobre ello, solo una breve reseña en los Annales Bertiniani:
Hlotharius,
Hlotharii filius, de omni regno suo quattuor denarios ex omni manso colligens,
summam denariorum cum multa pensione farinae atque pecorum necnon vini ac
sicerae Rodulfo Normanno, Herioldi filio, ac suis locarii nomine tribuit.
Lotario,
hijo de Lotario, recaudó de todo su reino cuatro denarios de cada manso,
sumando a los denarios un gran pago en harina y ganado incluso vino y cerveza
al normando Rodulf, hijo de Heriold, y a sus mercenarios.
Existe
una historia de Dudo de Saint-Quentin en su De moribus et actis primorum
Normanniae ducum sobre como Reginaldo de Lotaringia fue rescatado por su esposa
en 880 a
cambio de todo el oro de Hainault, pero probablemente es una leyenda. Al menos
no hay mas constancia de este hecho que los relatos legendarios.
El
primer pago danegeld en Francia Occidental tuvo lugar en el 845 cuando el
caudillo vikingo Ragnar Lodbrok, amenazó con arrasar París. El ejército vikingo
recibió un tributo de cerca de seis toneladas de plata y lingotes de oro. En
noviembre de 858 se recaudó un danegeld para pagar al caudillo Bjørn, que había
hecho estragos en el Sena y su distrito durante el año anterior (857).
En
el 862 dos grupos de vikingos; uno, el más grande de dos flotas recientemente
expulsadas del Sena por Carlos el Calvo, y otro, una flota de regreso de una
expedición en el Mediterráneo, convergen en Bretaña. Los procedentes del
Mediterráneo son contratados y sirven a Salomón I de Bretaña para arrasar el
Valle del Loira. Roberto el Fuerte, Marqués de Neustria, capturó a doce de sus
naves, matando a todos los que encontró a bordo a excepción de unos pocos que
escaparon. Entonces negoció con el otro grupo vikingo del Sena, y fueron
contratados contra Salomón por seis mil libras de plata con el único propósito
de prevenir que entrasen a su servicio; probablemente esperaba que Salomón les
contratase para reemplazar a los vencidos, mercenarios vikingos del
Mediterráneo y atacar Neustria desde dos frentes, las naves vikingas
ascendiendo por el Loira y las tropas bretonas invadiendo por tierra. No obstante
el pacto entre francos y vikingos no duró más de un año ya que en 863 Salomón
hizo las paces con los vikingos, y con un frente menos, devastó Neustria.
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