Antes
de que el ultimo dia presente su crepusculo y la luna arda por ultima vez en el
horizonte antes de ser devorada por el gran lobo Manegarm, cuando los dioses
afilen sus armas para dar comienzo a la
triste era del hacha y sus corceles multiformes huelan la sangre y
el miedo en el aire, cuando el último de los días se haya consumido en la víspera del Ragnarok, se cuenta
que de un puerto en el inframundo y
emergiendo de la oscuridad mas insondable zarpará el más terrible de los
barcos, cuyo verdadero nombre, dicen los sabios, es impronunciable.
Sin
embargo los miedos de los mortales le dieron nombre y describen su monstruosa
apariencia .En Midgard se lo conoce como Naglfar, el "Barco de uñas".
Los
nórdicos creían en una batalla final, en un apocalipsis o enorme hecatombe
cosmica, un Armaggedon pero mucho más
complejo que las profecias apocalipticas de muchos otros credos. El Ragnarok,
el "Crepúsculo de los dioses", es una serie de acontecimientos
catastróficos que desembocaran en el fin del universo conocdo que sera
destruido en una batalla en la que los Señores del Valhalla lucharán a muerte
con los Gigantes del frío y sus aliados. Naglfar se presenta como una de las
señales de la llegada inminente del Ragnarok, es decir, del fin de los tiempos.
Tal
y como narran las leyendas, se sabe que
Naglfar duerme en un astillero infernal, en una grieta perdida mas alla del
espacio y el tiempo de los moradores de Midgard, la Tierra Media. Las
huestes del submundo al mando de la
poderosa Hela lo están construyendo desde épocas remotas, cuando el primer
hombre fue enterrado. Nada pueden hacer los dioses para suspender la
construcción de Naglfar, pues el trabajo de sus diseñadores es incansable, así
como incesante llega a este Naustr en el inframundo el suministro del espantoso material que lo
forma...
Naglfar,
susurran los sabios, está construido con uñas humanas. Esa es la primera
descripcion de la hechura de la nave, que se ha completado con una mas
detallada descripcion romantica y tardia (quiza ya en pleno medievo). El
costillar de la nave es de osamentas humanas, sobre las que se van solapando
infinidad de capas de uñas de difuntos, como las escamas de una monstruosa
serpiente. El mastil o mastiles del velamen esta formado por tibias y columnas
vertebrales, y el velamen y cordajes de la nave esta trenzado con cabellos
humanos.
Al
inicio del ultimo de los enfrentamientos del Ragnarok, cuando las fuerzas
celestiales aún se mantengan firmes y formen las lineas de defensa ante la gran
llanura, sobre el mar oscurecido se verá una nave de mil velas negras. Su
visión ocupará todo el horizonte mientras avanza hacia Midgard.
Deslizándose sin prisa , flotando como
una isla inmensa y incorporando a su
paso a todos los impios añadidos a su tripulacion a ultima hora, Naglfar
navegará hacia el Vagrid, el campo de la Batalla Final. El
timón será maniobrado por los brazos de acero del gigante Hymir que encontrara asi venganza por su
muerte a manos de los Aesir, seguido por su corte de Jotuns. Las Hordas del
Caos se ocultarán bajo la cubierta interminable o sencillamente abarrotaran
este enorme navio, amenazantes y deseosas de terminar su destierro en el Hel,
aguardando el momento de desembarcar sobre Vagrid para desatar la última guerra
que verá nuestro mundo.
La
fé en el Ragnarok estaba tan arraigada en los pueblos nórdicos, que todos los
guerreros ansiaban ser reclamados por Odín para integrar los ejércitos del
Valhalla. La muerte en la batalla era un gran honor y se consideraba la mas
noble de las muertes caer en combate, ya que el mismísimo Señor de los Dioses
caería en el Ragnarok. De hecho, la muerte por enfermedad o vejez, incluso
cualquier muerte accidental, era tomada como una deshonra, ya que todos
aquellos que no morían por la espada serían parte de las Hordas del Caos,
espíritus sin nombre cuyas muertes indignas habían enflaquecido las huestes del
Asgard. De esta forma, los caidos sin honor ni gloria penaban por toda la
eternidad en el vacio del Hel, y ansiaban con fuerza la liberacion de su
tormento en la ultima batalla. Igualmente, los perjuros, asesinos a sangre fria
y en general todos aquellos que se consideraban "varg", alimañas
indignas de vivir entre los hombres, engordaban las huestes de Hela.
Afortunadamente,
el Ragnarok depende de la finalización de Naglfar. Sin él los seres del
inframundo no podrán invadir la
Tierra. Para retrasar ese suceso inevitable los nórdicos
arrancaban las uñas de sus muertos, impidiendo que lleguen a los astilleros
infernales para engrosar el casco terrible de Naglfar. Igualmente se les
afeitaba y se cortaban sus cabellos para evitar el trenzado de las velas de la
nave. En la cultura nordica, la quema de las uñas y los cabellos afeitados o
recortados del difunto era parte del ritual, de la formula de "un buen
entierro", de la que se cuidaban muy bien de cumplir Godis y Seidrkonas.
Igualmente entre los celtas, era costumbre enterrar las uñas y pelo del difunto
lo mas lejos posible del hogar, de este modo, se retrasaba la construccion del
navio del inframundo, puesto que los caidos tendrian que buscar estos
materiales dispersos por toda la tierra. Incluso en Gales y algunas zonas de
centroeuropa, se llegaron a esconder uñas y pelo de los difuntos en lugares
sagrados como iglesias y templos, se supone que alli no pueden entrar los
caidos en el Hel, de este modo, ese material no llegara jamas a los astilleros
del inframundo.
Cuando
los pueblos nórdicos cedieron ante la fé cristiana no olvidaron a sus viejos
dioses, y mucho menos la promesa de asistir al último combate, y el mito de
Naglfar continuó navegando y muy
presente en las pesadillas de los poetas medievales, seguros de que habría un
crepúsculo más terrible que el apocalípsis, y que acaso es más sencillo
combatir contra cuatro jinetes que impedir la llegada de un barco construido
con las uñas de todos los muertos.Y que esos caidos desencadenen la mas temible
de todas las batallas.
Por
toda Europa existe de una u otra forma la tradicion de "adecentar" al
difunto, cortandole las uñas y arreglandole la barba o el pelo, como ya he
comentado, hay muchos procedimientos para evitar que ese material engrose la
construccion del bajel de los difuntos, desde quemar, enterrar o esconder en
terreno sagrado esos restos,a bendecirlos, esconderlos bajo piedras runicas con
inscripciones protectoras, ocultarlos en las grietas de las casas o los muros
para que sea imposible encontrarlos o incluso hecharlos en medio del estiercol
de los animales (esto en Irlanda), se creia que de esta forma, se hacia aun mas
penosa la tarea de los siervos del Hel, que tenian que recuperar uno a uno cada
fragmento de uña o cada pelo en medio de la inmundicia.
2 comentarios:
Bien documentado, además de tener una prosa poética excelente. Ana Silvia Karacic
Gracias por el excelente trabajo.
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