En el museo Islandes de magia y brujeria, inaugurado en el años 2000 en la ciudad de Strandir, se puede observar actualmente una gran colección sobre la nigromancia local del siglo 17 o incluso mas remota, rayando con los albores de la colonizacion nordica de estas tierras, que está coronada por la pieza más popular del recinto, los "necropants"(literalmente "nábrók").
Los necropantalones formaban parte de un conjuro bastante complicado para ganar dinero y poder. Para convertirse en dueño de unos necropants es necesario, primero, hacer un pacto con un amigo en vida para desenterrar su cuerpo después de su muerte por causas naturales. Es muy notable que en un grimorio conservado que narra algo muy similar con una "bolsa monedera" que ha de hacerse con la piel de un difunto, se incida en que, la "donacion" ha de ser voluntaria .
Después de haber sido desenterrado el cuerpo, se despelleja la piel del cadáver en una sola pieza de la cintura para abajo. En ese momento, y en caliente, deben calzarse los pantalones descarnados que se adhieren a la propia piel del nuevo portador.
Seguidamente es necesario robar una moneda a una viuda pobre y colocarla en el bolsillito que formará el escroto repujado del finado, junto con el signo mágico nábrókarstafur, escrito en un pedazo de pergamino. Antes habrá que retirar la moneda de su dueño anterior y guardarla, sustituyéndola por la propia para que el escroto-bolsillo nunca quede vacío.
Para asegurarse la riqueza, el dueño momentáneo no se puede deshacer de losnecropants hasta convencer a alguien, generalmente otro nigromante, para pasarle la prenda y trasladarle el conjuro. Así, los necropants mantendrán la capacidad de atraer las riquezas en las siguientes generaciones de usuarios.
El cambio de pantalones también debe hacerse de una forma particular: el "dueño" debe mantener su pierna izquierda en los necropants mientras que el heredero entra con la pierna derecha en la pernera libre, momento en que entonces la transferencia queda validada.
Si no se realiza el ritual así, y uno mete o saca la pierna antes de tiempo, se cae en la maniobra o rompe la prenda, en vez de riquezas lo que llegará será un terrible mal; dicen que una desgracia incluso peor que la sensación de meter la pierna desnuda en un trozo de humano recién desollado...

Curiosamente, este tipo de rituales y conjuros son bastante frecuentes en los grimorios antiguos, como el galdrabook, algunos de los conjuros son estos:
Lásabrjótur.:
Descripción: Para abrir un candado o romper ataduras, ten en tu boca la grasa abdominal de un muerto, robado del cementerio; pon el Stave sobre el seguro del candado. Sopla el seguro y di:
"I blow into the lock 'til its cylinder rattles and roars, while hissing a bellyfat whistle.
May the fiend's foul breath blow fierce into the keyhole; may the trolls tear it open;
may Puck's partisan imps pull it apart.
Bend back the bolt, all ye devil's urchins;
spring the shackle, all ye scoundrel spirits."
Nábrókarstafur: (necropantalones)
Descripción: Estos se hacían de la piel intacta de la parte inferior de un cuerpo humano, desenterrado del jardín de una iglesia. Cuando se usa se volverán indistinguibles de la propia piel de uno. El Stave se debe mantener en el escroto con una moneda robada de una viuda pobre. El dinero entonces constantemente se creara en el escroto.
Fuera de este tipo de grimorios, he encontrado referencias a una historia de un Jarl islandes que tras derrotar a un enemigo que le habia estado persigiendo toda su vida, le corto la mano diestra, y la conservo junto a si durante el resto de su vida, conservada en un tarro con miel y grasas naturales. Al parecer, este macabro amuleto le garantizaba una destreza sin par en la batalla.
Otra hsitoria no menos macabra de nigromancia es la de una bruja sueca que quedo deformada tras una brutal paliza que le propino un hombre insatisfecho con sus artes. Dice la historia que era capaz de hacer cosas casi milagrosas, y que muchos acudian a ella con encargos casi imposibles, pero dicen que si el conjuro o el encargo resultaba, el pago era igualmente terrible, se dice que solia exigir en pago la piel del rostro de una mujer joven, con la que confeccionaba una mascara con la que cubria la deformidad de su cara.
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